La Feria de Córdoba se distingue de otras ferias similares como la de Sevilla o Jerez en el vestuario. Frente a ferias como las de Sevilla o Málaga, donde predomina el uso de chaqueta y corbata en hombres y las mujeres de traje de noche, la Feria de Córdoba se distingue por el uso de ropa informal en la mayoría de los casos.
En cuanto al Sombrero cordobés con el paso de los años, su importancia ha ido decayendo en el vestuario masculino, salvo los propios caballistas que acuden a la feria montados en sus equinos. No es normal por tanto encontrar hoy en día hombres que lo vistan.
A diferencia del vestuario masculino, sí existe una gran cantidad de mujeres que se visten con el traje de gitana o flamenca. La tipología del vestido de gitana, también llamado de faralaes, cambia conforme a la moda, tanto en la aparición de volantes, de ajuste al cuerpo así como de longitud. Los trajes, bien se compran en una tienda, bien se realiza a medida por parte de diseñadores. En este sentido existen multitud de diseñadores que han surgido en los últimos años que han popularizado la moda flamenca cordobesa como pueden ser Juana Martín o Basi del Río. Ésta última además reinvidica el hecho de que vestirse de flamenca conlleva un estilo propio que hay que mantener[3]
El vestirse con el traje no está asociado a ninguna edad sino al hecho de visitar la feria, sino que es común ver mujeres de todo tipo de edad vestidas de faralaes. Destacan entre ellas el grupo de mujeres pertenecientes a coros rocieros que acudan a la Feria en grupo y yendo cantando por las calles del Real.
Es importante reseñar cómo ha caído en fuerte desuso la costumbre de vestirse con el traje de cordobesa compuesto por falda corta y chaquetilla, con el pelo recogido en un moño protegido por una red.
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